"En Alicia se vuela a sí misma, Marcelo Olivero retoma un tragema ancestral (el matricidio, ya encarnado en La Orestíada) como variación para una historia de disidencia sexual. La hábil distribución de la información sobre la historia de un crimen en boca de las dos mujeres coloca a las/los espectadores en el rol de detectives que investigan lo sucedido, en cruce con una historia de amor. La expectación adquiere aquí, como es frecuente en la sociedad contemporánea, tan cercana en sus experiencias al policial negro, la dimensión de la historia de la investigación."
Jorge Dubatti (Prologo de Didascalias Compartidas)
Mujer: (...) No, no, no, no, no… Ay, carajo, carajo… ¿La llevaste a la policía? (Silencio) ¡Alicia, mierda, decime, mierda! ¡¿Alicia, qué hiciste?! (La golpea, trata de calmarse) A ver, mírame, concéntrate, Alicia, en la heladera no hay nada… ¿dónde está? No me mirés así Alicia, acabo de ver y en la heladera no hay nada, entonces, ¿dónde está? Decime, por Dios dónde está. (Estalla) ¡Alicia! Por Dios… ay, no… ¿qué vamos a hacer? Decime, ¿dónde está? ¿Dónde la llevaste? (Violenta) Alicia… ¡dónde! ¡dónde! Decime, ¿dónde la llevaste? ¿dónde está tu mamá, carajo? Ay, Alicia… me voy a… 
Alicia: En el fondo. En el fondo del viejo Cacho. Te amo. (Silencio) La enterré.
Fragmento.
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